sábado, 24 de enero de 2015

Ruptura con IU. El cambio de paradigma.

Rodríguez Ibarra lo expresó muy bien, tal como están las cosas, tras las elecciones, el PSOE tiene dos opciones, o pacta con Podemos y se hunde el país, o pacta con el PP y se hunde el PSOE. Es esta estábamos, todos tensos, expectantes, rosario en mano, esperando se abran los toriles electorales y salga ese Mihura descontrolado llamado Podemos y conocer a quien le toca torearlo: ¿Madrid, Sevilla, Valencia, todos a la vez?.

Digo es esta estábamos porque de pronto llego Susana Díaz y mandó parar –la expectación-: ¡al Mihura lo toreo yo¡. Simulando inexistente conflicto con IU llega Susana y convoca elecciones andaluzas, aun advirtiéndole IU que ya no le busquen ni para tomar café. Susana rompe para toda España la posibilidad de pactos electorales con IU, la moderada de la izquierda a la izquierda del PSOE. Es lógico que, con estos antecedentes, ya de pactar con Podemos ni hablamos. Tema zanjado, el PSOE quema las naves, se acabaron las coaliciones postelectorales, cada uno con lo suyo y que Dios reparta suerte.

Estimado lector, ¿que le parece todo esto?. A mi me suena a que alguien (y me imagino quien es ese alguien) ha resuelto la maldición de Rodríguez Ibarra buscando otra opción a las que predecían el hundimiento del PSOE. Esta opción es no pactar con nadie, el que obtengan mayoría simple gobernará (sea PP, PSOE o mas improbablemente Podemos) en el ámbito que sea. Esta es la formula que se usó cuando Anguita con su pinza (recuérdese la alcaldía de Málaga, que se la llevó Celia Villalobos con mayoría simple por no realizarse pacto entre PSOE e IU) o mas recientemente Monago presidente de la junta de Extremadura también por ausencia de pactos de izquierda. El riesgo de no pactar con nadie es crear situaciones de ingobernabilidad, por ejemplo un alcalde bloqueado por una oposición cerril y mayoritaria, pero para eso esta la política, como para eso están los zocos en Marruecos, para llegar a acuerdos tras múltiples y a veces desagradables regateos. Obviamente no se requiere un gobierno de coalición PP-PSOE, ni PSOE-Podemos, con lo que el riesgo de ruptura en el PSOE es menor.

Este análisis que hago puede parecer absurdo, pero no se me ocurre otra opción. ¿A resultas de que Susana Díaz rompe un plácido acuerdo con IU y se enfrenta la primera entre todas a unas elecciones con el resultado previsible que la dócil IU sea sustituida por el deslenguado y crecido Podemos, con un PSOE primero pero lejos de la mayoría absoluta, con un PP segundo pero nunca hundido? O es algo diseñado o es incompresible. Y si efectivamente la cosa va de romper el paradigma previo, coalición de izquierdas tras la elecciones, no es descabellado que el experimento se inicie en Andalucía, dado que Susana Díaz es sentida por la mayoría como la líder del PSOE con mayor autoridad y sentido de Estado, y que además el PSOE andaluz ha fulminado cualquier oposición interna, y cualquier cosa que decida la presidenta, incluso la cosa mas arriesgada del mundo, como la que nos ocupa, será aceptada entusiastamente por los sumisos dirigentes locales: ¡Susana, lo que no eches¡.


Resumiendo, el antiguo director del cole, Felipe Gonzalez, para que no se extienda la pelotera iniciada en el parvulario (en la clase de Pablito) ha decidido acabar con el cachondeo y que tome el mando una maestra que destaca por su rigor (entiéndase de ambas maneras) y fidelidad: Susana Díaz.

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