lunes, 8 de agosto de 2011

Un cheque en blanco

Toni Blair, cuando era primer ministro británico, preparó un ambicioso programa de reformas estructurales de los servicios públicos y las prestaciones sociales. Elaboradas estas políticas -por cierto muy de centro y por tanto criticadas por la izquierda del laborismo y los sindicatos- era intención de Blair que fueran la base del programa a presentar en su próxima campaña electoral. Pero sus esfuerzos de que en periodo electoral se pudiera hablar de política -y de políticas- fueron vanos: los medios de comunicación sólo estaban interesados en la farándula y el alboroto, y no perdían el tiempo por ejemplo en un aburrido análisis del futuro del sistema sanitario británico, que por cierto era el que decidían los votantes en esas elecciones.

Rajoy no parece que tenga ese problema cara a las próximas elecciones del 20-N. No parece que nuestro veterano aspirante del PP tenga que sufrir por el desaire de preparar un detallado programa de gobierno, para luego comprobar que los medios de comunicación ni lo publican ni estimulan el debate. Rajoy parece que fuera a evitar ese disgusto de la forma más expeditiva, simplemente no elaborando programa de gobierno, sino tan sólo un catálogo de buenas intenciones disfrazado de programa electoral: "Vótenos, que inspiramos confianza". Resumen del programa. Fin.

Probablemente para muchos con esto es suficiente. Para los convencidos de un bando no hacen falta más precisiones, siendo como ha sido tan malo Zapatero, hasta el mismísimo Rajoy inspira confianza. Para los convencidos del otro bando es evidente que la confianza a la que se refiere Rajoy es la de quienes han destrozado la economía mundial, el poder financiero especulativo, que efectivamente confían en obtener también el poder político colocando a chicos de su confianza en las presidencias de gobiernos y puestos similares.

Visto de otra manera, tampoco es importante ni la campaña ni los programas electorales. La población tiene una sabiduría magnifica cuando vota, y no se equivoca, al menos en situación difíciles como las actuales. Y votará al centro político, gane el PSOE o el PP, y quien gane hará política de centro, salvo que quiera perder de forma humillante las próximas elecciones.

Dicho lo anterior, permítaseme que proteste por tanto cheque en blanco al solicitar el voto. Exijo a los candidatos que me expliquen su programa de gobierno, exijo saber lo que repiensan hacer con mi voto. Y deberían hacerlo, no para satisfacer a un cascarrabias como yo, sino para potenciar que los votantes sean además ciudadanos maduros, que deciden con criterios, con el corazón o la cabeza, pero nunca con las tripas. No hay nada más deprimente que las muchas tonterías que se oyen sobre tal o cual política concreta, cuántas necedades se dicen producto de falta de información y un mínimo análisis, y no veo por qué los partidos no se implican en una labor pedagógica para que al menos las cosas que realizan o proponen tengan un marco de discusión ciudadana a al altura de un país que ha erradicado el analfabetismo.

Por propio egoísmo harían bien los políticos en estimular la discusión informada por gente formada de sus políticas. Gane quien gane las elecciones, las decisiones a tomar serán muy difíciles, y es más fácil contener a los descontentos cuando estos se han convencido por razonamiento propio de la inevitabilidad de algunas medidas impopulares. Gane quien gane las elecciones el país sólo tirará adelante si los ciudadanos colaboran lealmente en el bien común, a veces sacrificando temporalmente derechos que creían adquiridos para siempre.

Pedir cheques en blanco para unas elecciones en un grave error, es potenciar una ciudadanía de votantes ignorantes, es potenciar la cultura de las dos Españas y, para bien o para mal, si en un futuro próximo no nos ponemos de acuerdo todos al menos en aquello que nos une (el centro político y social) es posible que todos nos vayamos a donde nadie debe ser mandado.

Estepona Información. 6.8.2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario