sábado, 12 de febrero de 2011

Europa

Es posible que tengamos una temporada turística excepcional. El sur del mediterráneo, musulmán, gran competidor turístico nuestro, se consume en revoluciones populares. Una masa amplia de jóvenes en paro y sin futuro: ese es el problema.

Piden democracia, lo mismo que conseguimos nosotros en nuestra transición política tras Franco, y espero lo consigan, pero me asalta la duda de cuál es la democracia que piden o cuál será la que obtengan al final. Para Lenin la democracia de la mayoría era ni más y menos que la dictadura del proletariado, y así la aplicaron en la URSS, esclavizando o intentándolo con la mitad de la población mundial en la época de la guerra fría, quedando aún como macabros chistes residuales de este torticero concepto los regimenes dictatoriales de Cuba y Corea del Norte.

La principal fuerza opositora en estos países son los Hermanos Musulmanes cuyo objetivo es implantar estados islámicos basados en la Sharia, una ley religiosa. En Europa tales conceptos serían inaceptables, resultaría imposible una constitución basada en la Biblia, las encíclicas de la Iglesia Católica, o los estatutos de Opus Dei. La Europa ilustrada nunca aceptaría una democracia plegada a los deseos de la mayoría, si estos deseos excluyen a las minorías o coartan las libertades individuales.

La cuestión no es baladí, no es lo mismo que el sur del Mediterráneo termine siendo una democracia o una teocracia (dictadura por religiosos en nombre de la mayoría). No es lo mismo un Marruecos prospero y democrático, a la europea, que un país integrista buscándonos pleitos para enardecer a la población.

Pero volvamos a la Europa ilustrada, sensata, genuinamente democrática, y además prospera, de la que formamos parte. La Costa del Sol es para Europa, por distancia y clima, lo que son California y Florida para Estados Unidos. Eso significa de entrada una formidable fortaleza en el turismo estacional y residencial. Pero analicemos California, no es sólo turismo, es una primera potencia mundial en alta tecnología, agricultura, ciencia y conocimiento

Estepona tiene un paro semejante al Magreb, pero está en la Costa del Sol, en uno de los lugares privilegiados de Europa. Tenemos dos posibilidades, y sólo dos:

- Por un lado, seguir la hoja de ruta trazada por el presupuesto para el 2011 diseñado por Valadez, con lo que apechugaríamos con altos impuestos para pagar una plantilla inflada y ociosa; un irremediable impago a los proveedores (la pequeña empresa que crea empleo) y por tanto su ruina; y no veríamos realizarse ningún proyecto, salvo lo que manden los organismos supramunicipales, en atención a la mendicidad llorosa del solicitante o al interés partidista para que parezca que Valadez es solvente.

- O por otro, dejarse ya de pamplinas y mentirosos, y hacer una gestión basada en la eficacia de ingresos y gastos; así como impulsar todos los proyectos ilusionantes posibles que originen puestos de trabajo inmediatos, asegurando un futuro próspero para Estepona.

Proyectos. ¿Quién los paga? Es obvio que no pueden pagarlos los esteponeros a base de más impuestos, demasiado agobiados están ya. Tampoco hay casi dinero público. Los proyectos tiene que ser realizados haciendo partícipe a la iniciativa privada, o bien no hacer nada, y aquí radica la labor fundamental de un nuevo consistorio: impulsar el desarrollo, gestionando bien, y negociando con la iniciativa privada.

Hablo de museos, teatro, cine, bulevar, nuevo Ayuntamiento, tren litoral, Hospital Comarcal, nuevas zonas verdes, hoteles en casco urbano, equipo de futbol, centros comerciales, agricultura sostenible, turismo rural, Universidad, centros sanitarios privados, actividades del puerto. Hablo de lo que ustedes quieran y hablo con esperanza, sin intentar vender más humo. No es cuestión de prometer, sino que quienes gobiernen sepan aplicarse a la gestión y quizás entonces la iniciativa privada sea capaz de invertir y crear riqueza perdurable en Estepona.

Damián Zamorano Vázquez
Estepona Información. 12.2.2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario