Carta abierta del candidato
Juan Jesús Bernal, diputado provincial
De héroe a villano
Es complicado dar un salto de la heroicidad a la villanía. Los valores que respaldan cada una de estas dos actitudes vitales son diametralmente opuestos. De hecho, en la ficción, que es un reflejo más o menos onírico de la realidad, no existen personajes que pasen de ser el enviado de la luz, como Luke Skaywalker, a mutarse en el lado oscuro, como Darth Vader en la Guerra de las Galaxias. Cada uno juega su papel hasta el final. Tampoco Superman decide cambiar de rumbo y utilizar las intrigas del Doctor Muerte. Sin embargo, esa capacidad de pasar del blanco al negro es una de las escasas habilidades que tiene el actual alcalde de Estepona. Todavía resuenan sus declaraciones ante el Ministerio Fiscal en las que sustentaba gran parte de sus denuncias en la operación Astapa. Se apoyó entre otras cosas en supuestas informaciones aportadas por el notario José María García Urbano (a pesar de no haber tenido nunca el menor contacto con él, según reconoció posteriormente Valadez en una entrevista al semanario ESTEPONA INFORMACION, y por lo que en su momento se le pedirán al alcalde las responsabilidades pertinentes) y del ex tesorero del Ayuntamiento Félix Rodríguez Pimienta. Se trata de dos hombres que, tras la decisión de Valadez de caminar por el desfiladero de las sombras, le sobran. El notario, al conocer que iba a ser el candidato del PP en el municipio, ya no le parece un tipo honrado, cabal y profesional: pero es el mismo al que, de manera inventiva, utilizó para sustentar la denuncia de Astapa. El tesorero está lejos del Ayuntamiento de Estepona, jubilado forzosamente, porque no le hacía los informes a medida. No es nada nuevo, gobernó con Antonio Barrientos durante años, fue su portavoz, participó en las campañas que él denunció como financiadas ilegalmente; aprobó cada uno de los convenios que ahora se investigan; y era concejal de Personal cuando se produjeron los mayores casos de enchufismo. Luego no le gustó lo que se hacía. Valadez cuando difiere de alguien políticamente elige el camino del exterminio judicial. No le basta como al resto de los millares de políticos que hay en este país con acudir a las urnas en libre competencia. Su trayectoria personal y política deja en entredicho que acudiera al Ministerio Fiscal sólo por limpiar el Ayuntamiento de corrupción. Su campaña de persecución contra los habilitados nacionales; su numerosas imputaciones por su empeño de adaptar la ley a sus necesidades; sus despilfarro en productividades y nuevas contrataciones; y sus malas artes han salpicado su papel de héroe de lamparones de lixiviados. Antes se amparó en la Justicia. Ahora la Justicia no le gusta porque le investigan por su mal hacer y cuenta a sus espaldas con varias imputaciones. Mientras tanto se victimiza, el último recurso del caído. Sin embargo, los vecinos perciben que en Estepona cunden sus veladas amenazas, se utilizan métodos de pseudoespionaje en la campaña mientras intenta convencer a los pocos que aún le escuchan que ha sido tan inútil y perverso porque lo persiguen por su condición de Robin Hooh. Estás solo, Valadez. Tú te lo has buscado
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