sábado, 11 de septiembre de 2010

El rey Gaspar trajo carbón

En un pueblo andaluz llamado Estepona (traducido al ingles Nottingham) un desalmado sheriff tiene aterrorizado a los vecinos con impuestos abusivos. A estos ya les cuesta trabajo llegar a fin de mes, sobre todo a parados y pensionistas, y para acentuar su penurias periódicamente reciben por correo unos papelitos, firmados por un tal Patronato de Recaudación, ininteligibles en todo excepto en la parte final: los muchos euros que hay que pagar al sheriff, en excusas tan variadas como IBI, alcantarillado y basura. Lo peor es que esta extorsión impositiva no es para mejorar la limpieza de calles y playas, o la seguridad, o las actividades culturales, o las inversiones productivas. Los impuestos son exclusivamente para mantener los gastos del palacio del sheriff. Además los ingresos no cubren estos superfluos gastos, por lo que el sheriff acumula deudas –a pagar en un futuro- y mete la mano en la caja prohibida, la del dinero de los convenios.

El malvado sheriff es apoyado por un príncipe de la capital, por algunos llamado Juan Sin Tierra, aunque su nombre real es Heredia de Mollina, que periódicamente envía a Estepona a su lugarteniente preferido, el estudiante Conejo, para animar al engreído sheriff. El tal Conejo tiene una asombrosa habilidad, nunca explicada por la ciencia, cual es ser capaz de decir sin reírse que el sheriff de Estepona es el mejor del universo, y lo mas gracioso es que el aludido se lo cree, y lo festeja ante sus únicos amigotes, exactamente 38, aunque algunos de ellos pasan momento difíciles para aguantar la risa.

En este clima de ruina económica y moral todos deseaban acudiera a Estepona el rey máximo mandamás, Ricardo Corazón de León (alias ZP): el sheriff para tener un apoyo de más chicha que los insípidos Heredia y Conejo, el resto de los vecinos (salvo 38) en la esperanza de acabar con el esperpento, ordenándole su dimisión.

El rey Ricardo estaba para cosas importantes, obligando a primarias en Madrid, o prohibiéndolas en Andalucía, por lo que se envió a Estepona a otro rey, de menor rango, pero mas historia, nada menos que uno del trío de los Reyes Magos andaluces.

En eso vino a Estepona el rey Gaspar (Zarrias de apellido). Todos esperaban que tuviera un baño de multitudes, destituyera al sheriff y anunciara la implicación del Estado en un plan de saneamiento que sacara a Estepona de la crisis. Pero el rey Gaspar decepcionó. Dado que su intención no era ayudar a resolver los problemas del pueblo, evitó el contacto con los ciudadanos y con los socialistas locales. Como sólo le quedaban 38 para recibirle, y eso no es multitud, decidió quitarse de en medio e inaugurar obras del plan E (juiciosamente evitando visitar el carril-bici) y tener un encuentro con todos los empresarios que pudiera convocar el sheriff, exactamente ocho.

Pero la vista del rey Gaspar no fue sólo fallida, también fue tenebrosa. Zarrias no tiene un pelo de tonto, y conoce bien el paño de Estepona, pues la visitaba con frecuencia cuando mandaba el antiguo sheriff. Su apoyo incondicional a Valadez ha sumido en la depresión a la izquierda local. Este apoyo tiene un nombre, Astapa, y cada cual que haga sus conjeturas, sean estas tenebrosas o no. Pero una cosa es Astapa y otra la ruinosa gestión de Valadez, y esta también es apoyada sin remilgos. Valadez no gestiona, arruina y miente, y Zarrias ha cometido un inmenso error político apoyando la gestión de Valadez y, aun más duro para los que valoran la honradez intelectual, ha hecho propias las mentiras de Valadez.

Ya sabemos lo que nos espera en Estepona, un Valadez que miente sin descaro, y un PSOE que asume y jalea sus mentiras. La culpa de lo que ocurre en Estepona nunca será de Valadez, será del PP, de la interventora, o del cambio climático. El PSOE ha bajado al infierno, al NODO, a engañar a los borregos.

Señor Gaspar, sin acritud, para tocarnos los cataplines mejor se hubiera ahorrado el viaje. Besos, como diría Funny.

Damián Zamorano Vázquez

Estepona Información. 11.9.2010

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