sábado, 13 de junio de 2009

Las aventuras del barón de Münchhausen

Münchhausen fue un noble alemán que, tras participar en varias campañas bélicas, supuestamente narró historias increíbles sobre sus aventuras, como cabalgar sobre una bala de cañón, viajar a la Luna y salir de una ciénaga tirándose de su propia coleta. Raspe novelizo estas hazañas extraordinarias y extravagantes en un libro titulado “las aventuras del barón de Münchhausen”.
La elección del actual alcalde de Estepona, David Valadez, en Julio del 2008, suponía, por las excepcionales circunstancias que concurrían, que estábamos ante un personaje singular. Singular era en efecto ser alcalde estando el sexto en la lista de su partido, y también a él le debió de resultar inesperado a juzgar por la vestimenta informal que portaba en tan señalado día. Singular es una persona de autoproclamada inmaculada honradez, a pesar de compartir años de gobierno y sueldo con presuntos corruptos, con los que convivió, pacto y votó de forma continuada. Singular quien logra afirmar sin rubor que ha heredado una difícil situación económica, cuando cinco años en el equipo de gobierno hacia suponer que mas que una herencia era la cosecha obtenida tras años en los que cultivó el déficit en compañía de otros granjeros. Singular que recién elegido ya fuese catalogado por su prensa como la persona mas querida del pueblo, y definido por si mismo a falta de abuela como de valores inalterables y firmes como un junco.
Pero de la singularidad a la hazaña extraordinaria va un buen trecho. Aventuras como las relatadas por el barón de Münchhausen suponen un salto cualitativo que pocos hombres singulares pueden conseguir. Pero releyendo la hemeroteca, las grandes promesas realizadas, podemos afirmar sin rubor que en Estepona nuestro alcalde ha logrado emular, si no superar, las grandes hazañas imaginarias del nombrado noble. Pero al igual que en su caso lo extraordinario conseguido y a conseguir era pura ficción, puro humo, y de aquellas hazañas tan sublimes sólo queda el calificativo de extravagancia verbal pura cuando nos atenemos a la cruda realidad.
De cargos de confianza honrados (eso no se dice, se da por supuesto), baratos y cualificados, nos quedamos con un elenco de “todo a 60.000” sin curriculum ni ulterior actuación que valide su contratación. De dialogo y consenso como sus aliados fundamentales, nos quedamos con ninguneo de la oposición, bien por estar imputada, bien en el caso del PP por no colaborar en su incolaborable, por desconocido, proyecto. Del a modo de besamanos creado para que cualquier ciudadano o colectivo pueda acceder directamente al alcalde, sin intermediarios, nos quedamos con la represión no disimulada a empleados municipales o sindicatos no adictos. De la eficacia nos quedan las calles Málaga y Caridad. De los mil puestos de trabajo a crear con el plan Zapatero, nos queda el hazmerreír. Del apoyo a la participación de la ciudadanía, agua de borrajas, pregúntenle a la plataforma vecinal. De la transparencia nos quedamos con la ocultación y el autobombo. Del cierre de Zapallito y la falsa denuncia de un chiringuito, nos quedamos con una caza de brujas no consumada por ilícita. Del fastuoso ahorro en gastos de teléfono nos quedamos con un ahorro aún superior por corte de la línea telefónica por falta de pago. De la pluralidad televisiva nos quedamos sin Estival televisión. De las importantes medidas de austeridad, que afirmaron ahorrar 1,6 millones de euros en su primer mes de alcalde, nos quedamos con 22 millones de ahorro negativo en un año. Del reconocimiento del exceso de gasto en plantilla nos quedamos con un pacto con CCOO para que nada cambie, salvo unas nominas imposibles de pagar. Del anunciado plan de saneamiento nos quedamos con que, a fecha de hoy, no hay plan presentado, ni discutido, salvo en su círculo mas estrecho de colaboradores, y ahora aun más estrecho tras apartarse a Antonio Sánchez de la dirección de empresas publicas, “por bien del consenso”. De la denuncia de las irregularidades urbanísticas nos quedamos con el tema de los campitos sin ni siquiera sacar del cajón, salvo el incidente de su jefe de gabinete por edificación nada edificante en campito. De su afirmación “continuaré yendo a los sitios andando y sin necesidad de utilizar vehículo oficial”, queda que más vale que ya que efectivamente utiliza coche oficial que lo usara más, para relacionarse con inversores y agentes turísticos que trajesen algo de vida y turistas al pueblo.
Los hechos son tozudos. Bien es verdad que Valadez se encontró con una situación difícil, pero lo portentoso de su actuación ha sido conseguir que lo difícil se convierta en el desastre. Ha conseguido culminar la ruina absoluta del Ayuntamiento, si se entiende por esto una empresa que debe muchos millones de euros, pero que además gasta cada día más de lo que ingresa, lo que le imposibilita para solicitar créditos, y sin ningún plan coherente para sanear la economía. Y lo más portentoso es que todo este desastre lo ha logrado el solito, sin compañía de nadie, porque nadie le acompaña, salvo alguna colaboración espectacular como la concejala responsable de bomberos logrando enemistarse el primer día con sus trabajadores. Ni siquiera puede echarle la culpa a la oposición pues ésta, en donde podía decidir, en los plenos, nunca ha tomado medidas serias contra las propuestas del equipo de gobierno salvo una vez en el caso de los bomberos.
Barón de Münchhausen, hazañas extraordinarias y portentosas, que son pura mentira o invención.
En medicina hay un síndrome llamado del barón de Münchhausen, en el cual el paciente inventa enfermedades imaginarias, inexistentes, como nuestro alcalde inventa hazañas extraordinarias pero también inexistentes. Desgraciadamente no hay tratamiento para estos enfermos, pues no reconocen su enfermedad, y lo único que puede hacerse es alejarlos de los hospitales para que no sigan fabulando más y más enfermedades. En el caso de David Valadez me temo que será lo mismo, no aceptará su pura distorsión de la realidad, su pura fabulación, y como a los enfermos del síndrome sólo cabe un tratamiento, alejarlo del poder y de la gestión publica. Pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?. Mientras los médicos seguiremos investigando por una posible curación de síndrome del barón de Münchhausen, que consiga que el paciente se considere sano, pero es muy difícil, tanto como conseguir que David Valadez entienda lo que significa el termino dimisión


Damian Zamorano Vázquez
Médico
Publicado en Estepona Informacion, 16.5.2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario